Promesas
Otoños grises, lánguidos, macilentos; depresivos ocasos,
Y al horizonte gélidos inviernos, de esperanzas escasos.
Preñados de insolentes promesas, veraneos fogosos,
Y fértiles primaveras, hartas de parabienes, matices y gozos.
Nunca se angustie el espíritu de absurdas tristezas, de lesas añoranzas.
Y en los albores, no se releguen auroras, ni dichas, ni bondades, ni bonanzas.
Fco. Campos Rojo