Ubicado en la serranía de Ronda y Cádiz, entre las pequeñas villas de Benamaoma y el Bosque, existe un precioso sendero que merece la pena ser visitado.
El paseo es muy agradable, se camina por la orilla zigzagueando el río, entre plantas trepadoras y la exótica vegetación, a la sombra de sus frondosos árboles, y bajo el rumor de sus aguas susurrantes y el canturreo de los pajarillos que por allí moran.
La ruta, en un trayecto de ida y vuelta, fácil, agradable de ver y contemplar. Lo hice con un grupo de amigos y verdaderamente me encantó. Comimos en Benamaoma, al frescor de una preciosa cubierta de sauces, pinos e higueras. Algunos se bañaron en sus recodos, otros no se olvidaron de sus cámaras fotográfica, porque su belleza era necesario filmar. Acabamos cansados, pero fue un día inolvidable. Lo recomiendo.