Tus ojos
En la serenidad de tus ojos
adivino la calma,
y en la belleza de tu rostro,
una estrofa del porvenir.
Contemplar tu cuerpo al viento
es mi anhelo, mi ambición;
y me estremezco al soñar
con la dulzura de tu voz.
Deseo el remanso de tu pecho
y de tu aliento, el valor
para besar tus preciosos labios
y confesarte mi profundo amor.