Entre los pequeños pueblos de origen árabe de Parauta e Igualeja o entre Parauta y Cartajima discurren un par de preciosos senderos que cruzan los sembrados de castañales. El primero se hace por un camino de tierra, cubierto de hojas, por donde, además de castaños, también hay encinas y otros árboles frutales, tales como el caqui y el almendro. Al llegar al arroyo de los Granados, dejaremos, a la derecha, el camino que continuaría hasta Cartajima, donde después de una larga subida podremos fotografiarnos junto a un castaño centenario imposible de rodear con los brazos.
Para Igualeja giraremos a la izquierda, cruzaremos el rio y entonces subiremos por una senda que se hace interminable por la fuerte pendiente. La dificultad es muy baja, pero no apta para personas con problemas respiratorios. Es recomendable ir a mediados de octubre, cuando las hojas de los árboles se tornan multicolores que es el periodo de la recolección de las castañas. En Igualeja es imprescindible visitar el nacimiento del río Genal y, sobre todo, comprar castañas, ya que está prohibido cogerlas del suelo o de los árboles.